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AMERICAS CENTER ON SCIENCE AND SOCIETY

THE CITY UNIVERSITY OF NEW YORK

Symposio y Exposición celebrando

LIMULUS El Cangrejo Herradura

DICIEMBRE 4, 2001

Brian Nissen

Mi participación en este evento tuvo un origen curioso. Hace un año estaba en una fiesta celebrando el cumpleaños de un amigo, sentado en una mesa con gente desconocida. Charlando entre copa y comida, mencioné de paso que era escultor y pintor y que había estado trabajando por algún tiempo con el tema del Límulus, el Cangrejo Herradura. Por casualidad resultó que entre los que me rodeaban había un ecologista, un biólogo y un científico, todos ellos conocedores del animal, de modo que pasamos la fiesta en un animado y estimulante encuentro de campeones del Límulus.

Hasta entonces había creído ser un entusiasta solitario del Límulus que sorprendía a sus amigos con la obsesión de esta extraña criatura. Pero llevaba ya bastante tiempo trabajando en sus formas, pues en ellas había encontrado un tema inspirado para mi trabajo. La mayoría de la gente que conocía nunca había oído hablar de esa criatura - salvo algunos que conocían las playas de Nueva Inglaterra - y me sentía como un heraldo solitario que empuñaba el estandarte del Límulus, proclamando sus increíbles atributos. Así, este encuentro con los aficionados al cangrejo herradura fue para mí un gran placer.

Acto seguido, mis nuevos amigos organizaron un encuentro con otros biólogos para llevarnos a presenciar el ritual de acoplamiento anual del Límulus, allá en el parque nacional del Gateway en Long Island. Una vez al año un sinnúmero de cangrejos herradura invaden las playas de la costa Este de Norteamérica: aparecen justo en la noche de la última luna llena de mayo que produce la marea alta de la primavera y consuman su luna de miel a la orilla del mar. Mi primer encuentro con los cangrejos herradura fue en la laguna de Menemsha, en la isla de Martha’s Vineyard cerca de Cape Cod. El aspecto del animal me fascinó. Temible, fantástico, formidable - una maravilla de la mecánica natural. Algo que parecía salir de los bestiarios medievales: un rival del Basilisco, del Fénix, de la Quimera, la Mantícora, y la Salamandra. Artistas y poetas han imaginado y evocado animales de fábula, desde los antiguos hasta Lewis Carroll, Joan Miró y Jorge Luis Borges. Pero esta vez la criatura fabulosa era real y verdadera.

A mí me pareció como una especie de tanque primitivo o un casco guerrero japonés; algo venido de la ciencia ficción: primitivo y futurista a la vez. Su forma y su estructura se fueron adueñando de mí. La forma sencilla de su casco exterior, que guarda la compleja mecánica de su interior, comenzó a aparecer en mis obras, primero en escultura y luego en collages y bajorrelieves.

No cabe duda que el cangrejo herradura, aunque es totalmente inofensivo, tiene un aspecto temible. La gente no se atreve a tocarlo, y le da miedo el punzón impresionante de su cola que sólo le sirve como palanca para enderezarse cuando la marea lo voltea. Pero yo encontré un raro esplendor en este animal; su forma fantástica parecía antigua, pero a la vez extrañamente moderna. Visto de frente parece una especie de avión militar último modelo. Por abajo es algo parecido a un alacrán ancestral. Un sobreviviente verdadero. Un diseño asombroso de la naturaleza. Recogí sus caparazones desechados que se convirtieron en una presencia en mi estudio; intimidándome a veces, a veces animándome. Mirándome siempre. Hay algo de la Bella y la Bestia, o más bien de la belleza de la bestia, en la manera en que reaccionamos ante el Límulus.

Lo que me llevó a hacer las esculturas fue la gran presencia visual de este animal, con sus formas contrastantes que envuelven el mismo espacio. Un acuerdo entre interior y exterior. El desafío era hacer que estos espacios entablaran un juego entre ellos.

Tengo una debilidad para este tipo de espacios. Nacieron con la escultura seminal de Picasso: su guitarra de hojalata recortada de 1912, que para mí es como la teoría de la relatividad de la escultura; la inversión del exterior y el interior, que usurpan mutuamente su lugar natural. Un cilindro que emerge de la superficie de la guitarra representa lo que debe ser el hoyo hacia el interior, un concepto del espacio escultórico nunca visto hasta entonces.

Uno de los aspectos maravillosos del cangrejo herradura es que nos llega intacto desde las profundidades del tiempo. Nuestro fósil viviente ha estado con nosotros durante centenares de millones de años. Fue un habitante de Pangaea, un testigo de la escisión del supercontinente original. Es tan viejo que desafía a nuestra idea del tiempo. Aunque ha sobrevivido más de 200 millones de años sin cambiar su forma, hay variantes que han existido desde hace unos 350 millones de años —unos millones más, unos millones menos — no podemos ser siempre tan exactos.

- Sin embargo, se cuenta que un guardia de los salones egipcios del Museo Británico, interpelado por una visitante acerca de la edad de una momia expuesta, respondió:

‘Tiene 5 mil y 3 años, 8 meses y 4 días. ¿Exactamente? ‘Sí, exactamente’. ‘Por Dios, ¿cómo puede usted saberlo con tal precisión?’ ‘Señora, llevo trabajando aquí 3 años, 8 meses y 4 días, y cuando comencé ella tenía 5 mil años de vieja’.

Sea como fuere, cientos de millones de años son mucho tiempo para que Límulus ande por ahí sin cambiar de forma, así que pensé que ya era hora que alguien hiciera algo al respecto.

Al trabajar en los bronces para esta serie, tuve muy presente a los paralelos de tiempo y de longevidad. Hice los originales en cera, consciente de que interpretaba a este animal antiguo usando una tecnología antigua. El vaciado en bronce es probablemente el más viejo de los logros tecnológicos del hombre, que se sigue usando hasta la fecha prácticamente sin cambios. La técnica de la cera perdida que se usa actualmente para fabricar las hélices de titanio de los motores de chorro es el mismo proceso que se usó para fundir el bronce hace 4000 años en China y el Medio Oriente - quizá ahora con más precisión y mejor control de la temperatura, pero de todas maneras el mismo.

Artistas y escritores, desde Leonardo, Kircher y Durero hasta Buffon y Audubon, han enriquecido todas las ciencias naturales. Uno de los libros que para mí han sido como una piedra de toque es ‘Sobre Crecimiento y Forma’ de D’Arcy Thompson. Dos cosas hacen que este biólogo y erudito clásico escocés merezca ser recordado. Una es la absoluta brillantez de ‘Sobre Crecimiento y Forma’, que merece ciertamente un honroso lugar en la historia de la biología. La otra es que, como ha dicho Peter Medawar, ese libro es ‘sin duda alguna la mejor obra literaria en los anales de la ciencia que ha registrado la lengua inglesa.

D’Arcy se movía con soltura en varias disciplinas, incluyendo la literatura clásica, las humanidades, las matemáticas y la zoología. Demostró cómo los mecanismos de estructuras vivas se relacionan con los principios de la ingeniería estructural. Él creyó que en su diseño siempre había un propósito que obedecía a las fuerzas de torsión, tensión y compresión, las cuales determinaban su crecimiento, su función y su forma, y que todos éstos estaban supeditados a la Magnitud.

Varios componentes del arte - color, línea, estructura, textura, composición, volumen y las relaciones espaciales son idiomas por sí mismos, con sus propias posibilidades. D’Arcy Thompson nos hizo consciente de otro: la Magnitud. La magnitud (escala) es un factor tan importante como los demás elementos. Las pinturas de Rothko deben ser de cierto tamaño para que sus colores saturen nuestros ojos de una manera especial. Los ritmos de las pinceladas y los brochazos de Van Gogh no funcionarían a una escala más grande: tienen que ver con el movimiento de su mano, en tanto que las monumentales elipses de acero de Richard Serra dependen para su efecto de su relación con el cuerpo humano en movimiento. Los murales y las miniaturas son extremos de escala que funcionan en un ámbito ya dado. La música de cámara y la música sinfónica están condicionadas y definidas por su escala, al igual que poemas, ensayos y novelas. La diminución o la amplificación convierte al objeto no en una versión más grande o más pequeña de sí mismo, sino en otra entidad. Un tritón o una lagartija se convierte en Godzilla. La película épica de Moby Dick vista en la pantalla de televisión parece la caza de una sardina blanca.

Así, la obra maestra de D.Arcy ‘Sobre Crecimiento y Forma’, es una meditación profunda sobre las formas de los organismos vivientes. Nos hace conscientes de que no podemos apreciar las formas acabadas, definitivas, sin tomar en cuenta igualmente a todas las fuerzas que las moldearon. Proceso y secuencia. Dada la combinación de su potencia intelectual y su gran talento literario, no nos sorprende que sus libros hayan tenido una influencia enorme más allá de la biología, sobre todo en el diseño, la arquitectura y las artes.

Le Corbusier, el gran arquitecto francés, logró una obra en la que emplea en forma inspirada la forma del caparazón del cangrejo herradura, el diseño para su celebrada capilla en Ronchamp. Según Ana Koll:

los volúmenes del edificio que aparecen en los primeros bosquejos muestran una gran masa abultada para el techo de la capilla. Al describir el nacimiento del proyecto, Le Corbusier dice que para el techo se inspiró en Limulus. Encontró un caparazón del cangrejo herradura como un objeto à réaction poétique, en una playa de Long Island durante un viaje a Nueva York en 1947, y se quedó asombrado de lo fuerte que era cuando puso todo su peso en él. El caparazón del cangrejo herradura no sólo sugiere la forma, sino también la estructura del techo.

Hoy en día el arte se ocupa en gran parte en cuestionar cómo vemos las cosas, con obras cuyas estrategias desafían nuestra manera de ver y nuestra percepción. ¿Podemos entonces concebir la manera en la que ve su mundo el cangrejo herradura? — Es algo que solamente podemos imaginar a través del caleidoscopio del ojo de nuestra mente. El cangrejo herradura no sólo tiene un par de ojos compuestos, facetados, sino también otros ojos sensibles a la luz ultravioleta, más algunos otros. Éstos pueden ver cosas que nosotros no podemos, así como los perros y las ballenas pueden oír sonidos más allá de nuestro alcance. Nos enorgullecemos de nuestra capacidad para ver cosas desde diversos puntos de vista, pero debemos sentirnos humildes ante las capacidades del Límulus y sus posibilidades de visión múltiple.

Entre otros atributos curiosos del Límulus están las moléculas que contienen cobre que llevan el oxígeno de su circulación sanguínea, en vez del hierro que tenemos en nuestros cuerpos. Así, el cangrejo herradura tiene sangre azul, sangre azul verdadera no como pretende cierta gente que podríamos mencionar.

Los cangrejos herradura desempeñan hoy un papel importante en la medicina, y nos han dejado dos legados importantes. Un extracto de las células de su sangre se emplea para detectar la mínima presencia de endotoxinas (los potentes venenos químicos que sueltan algunas bacterias) que ahora se utiliza en hospitales por todo el mundo. Los científicos también han aprendido mucho sobre cómo funciona el ojo del ser humano por sus estudios de los ojos del cangrejo herradura, sobre todo lo relacionado con su capacidad de visión lateral. Gracias, Límulus.

En una de sus expediciones al nuevo mundo, Sir Walter Raleigh encontró unas criaturas extrañas en la costa de Carolina del norte y las llamó Cangrejos Herradura. Los indios de allá los llamaban si-ekanauk y utilizaban sus colas como puntas de arpón. La asociación obvia para el nombre viene de la forma frontal en el interior de su caparazón que tiene exactamente la forma de una herradura de caballo. Ahora sabemos que no tiene nada que ver con el cangrejo, sino que es un artrópodo, un insecto. Un proto-insecto. Pero los sigen llamando cangrejos. Al igual que los indios americanos - llamados indios porque Colón creyó haber arribado a la India, ambos quedaron bautizados para siempre con nombres incorrectos.

Linneo dio el nombre latino Limulus Polyphemus a nuestro cangrejo herradura. Para mí sigue siendo un misterio el por qué de Polyphemus. Con la abundancia de ojos que tiene Límulus, parece extraño ponerle el nombre del formidable Cíclope que tuvo un solo ojo. Lo mejor que se me ocurre es que fue el aspecto temible del Límulus lo que condujo a esta designación. Límulus ha cautivado a científicos y artistas. Para mí ha sido un placer que el cangrejo herradura me haya llevado a conocer a mis amigos biólogos aquí presentes. Compartimos un entusiasmo que nos ha enriquecido a todos. El lazo entre el arte y la ciencia es necesariamente difícil de definir. La intuición y la imaginación juegan un papel en ambos, y entre ellos hay paralelos y correspondencias. Ambos son inventivos, pero la Ciencia es objetiva mientras el Arte es subjetivo. Y aunque pueden aprender mucho uno del otro, la ciencia es analítica, racional y práctica, mientras que el arte es expresivo, ambiguo e impráctico. No sólo difieren en sus metas y métodos, sino que ellos mismos están divididos en facciones que entran en conflicto, cada una tratando de comunicar su propia verdad.

 

No esta de más recordar la queja de la filósofa de la ciencia Marjorie Green. ‘¿Por qué el mundo sigue siendo cartesiano, confiando en la idea de Descartes que separa al cerebro mecánico de la mente incorpórea? La única cosa verdadera que él dijo era que había nacido en 1596 — y hasta eso pudo haber sido falso’.

La ciencia emprende un viaje empírico para encontrar la verdad de sus investigaciones. ¿Es el arte una búsqueda de la imaginación para encontrar una verdad de la mente y los sentidos?

Cuando era joven, solía escuchar en Londres un programa de radio favorito en la BBC: ‘Encuentro de Cerebros’. En una ocasión, Bertrand Russell daba respuestas espontáneas a las preguntas del público.

Cuando le preguntaron ¿Qué es la Verdad?

Contestó: ‘la Verdad es lo que la policía exige que uno les diga’.

 

 

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